En mayo de este año Mario Bainotti cumplió 64 años de profesión como relojero en nuestra ciudad. Fue exactamente en 1959 cuando el querido vecino culminó su formación en la Escuela Universal de Relojería y recibió su diploma como “Técnico relojero cronometrista”. Por tan grato motivo nos acercamos a conversar con él acerca de esta verdadera pasión que lo convierte en uno de los pocos artesanos que quedan en este oficio, aunque su hijo Eduardo continúa con el legado.

Bainotti contó algunas anécdotas y vivencias sobre todo este camino recorrido, acompañado fundamentalmente por su familia, aunque en soledad al frente de su comercio ubicado siempre en el mismo lugar y en la tradicional esquina de Avenida Mitre y Tomás Vallé. En el reportaje, rememoró sus inicios en el rubro, el motivo por qué el que decidió llamar a su emprendimiento “El rubí” y reflexionó sobre este empleo que ya no es tan demandado con antes en función del avance de la tecnología y los dispositivos digitales que hacen que se reemplace el reloj por otros dispositivos.

Por otro lado, hizo hincapié en la importancia de sumar experiencia para brindar un mejor servicio a los clientes y sostuvo que los conocimientos prácticos también son importantes para resolver los trabajos. En este sentido, agradeció a los clientes por confirmar en él y nos habló de las “reliquias” que lo acompañan minuto a minutos.